¿Podrianos cambiar la pagina?


Cuando escribo, deseo.
Deseo que todo no sea mas que un pequeño jardin que cuelga de mis ojos, y se balancea al viento tibio de la memoria.
Espero no desaparecer.
Te espero.



viernes, 31 de diciembre de 2010

Escuchar tu voz

Escuchar tu voz
es morigerarse,
entretener a la bestia para que no se coma lo que amas,
que es imposible de sostener,
imposible en este reino de reinas,
en este movimiento de piernas flacas iluminadas
de monumentos a los caídos en desgracia.

Escuchar tu voz
es encandilarse,
desnudo con la fe en el barro tonto de tanta estima,
son inútiles legiones de golondrinas buscando la puerta al paraíso de la fragancia,
es ese chirle festejo del muerto en su obscenidad,
es el crepúsculo.

Escuchar tu voz
es amilanarse,
montar en el veloz vuelo de confín tierno de la ternura de la res en el gancho,
de la mirada perdida de la princesa entre los retorcidos hierros,
es la canción que nunca escuchaste porque había ruido a sol resquebrajándose,
retorciéndose bajo la luz de la blanda luna.

Escuchar tu voz
es desperezarse
en el movimiento inoportuno de otra lengua que retuerce estos renglones,
que bajan a la playa,
la arena se hunde a la oruga,
y el tableteo de las armas,
y el alucinado contando las migas que dejó el herido cuando se alejó de la ventana y había agujeros por donde se podía ver las tripas del sufrimiento.

Escuchar tu voz
es protuberancia fresca,
honduras de auroras,
es el momento gramático de pronunciar con cierto escozor un nombre opaco en el camino que da vueltas y se interna en lo salvaje de un corazón que fuga con sus muñones colmados de buenos paisajes y hermosas perdices.


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