¿Podrianos cambiar la pagina?


Cuando escribo, deseo.
Deseo que todo no sea mas que un pequeño jardin que cuelga de mis ojos, y se balancea al viento tibio de la memoria.
Espero no desaparecer.
Te espero.



miércoles, 6 de abril de 2011

Blindaje

Sangran las plumas su dolor de otros. Frescos, sanguíneos, y un dilema de silencio social. Secuestran al sol y lo mantienen cautivo al asombro; no hay monedas que se expliquen al candor de cada mano; y los anillos de saliva y la cueca zurda. Sangran los sesos y el monótono fluir de piernas ortodoxas. Chinches de azúcar, pulgas subterráneas, y la esponjosa historia que se adivina en cada surco de lastima… “Mi memoria es frágil. No recuerdo con que nombre fui bautizado en aquel momento. Pero si se cual fue el método utilizado para nombrarme. Se tatuó en alguna parte de mi alma lo verdadero. Y en ese momento, con la anuencia universal, se concedió por vez primera el menor augurio, el primer nombre. El mío. Tanto y único. Mio”. Trucos pobres. Hay alguien encinta y no es el sol encinta. Pedigüeños ansiosos en el moderno nosocomio. Antes, la muerte golpeaba sus nudillos a la puerta. Pero nadie queda con gusto, nadie se emboba de barros pasados para pasarlo por la piel blanca. Oigo algunos aviones vagando, oigo enormes revoluciones en enero; es el postre del perro. Una luz azul que se cuela por el cuero del marinero, hierve el mar de lejos, hierve en el recuerdo la vista de la infinita luz que de tus ojos sale. No hay pormenor. Que será bueno para este dolor? Un gigante abandonando la batalla detrás de una morsa voladora. Los pies me duelen, andando tanto, en círculos duros, en círculos de carne.

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