¿Podrianos cambiar la pagina?


Cuando escribo, deseo.
Deseo que todo no sea mas que un pequeño jardin que cuelga de mis ojos, y se balancea al viento tibio de la memoria.
Espero no desaparecer.
Te espero.



miércoles, 29 de diciembre de 2010

huwawa.

Fijamente fijo. Fijado.
Enmaraño el esfuerzo; se teje el recién armado. Desde otro punto de vista solo se ve una cuenca vacía, el lugar en donde debías de estar, y no estas. El lugar vacuo, vacío, veces, estertor del cubo. Y sus fechas.
Martes.
Cenáculo de nudos. Corto el miembro. Como nudo. Creta. Cepo.
Lunes.
Pelambre de Agosto en cierre. Bajo la manga. Y los chicles.
Miércoles.
Entubo trusas. Truchas colgadas. Comida. Gato de mimbre.

Flexiono el amor.
Duermo con vos. Me emociono. Cocino.
Lavo. Despierto marinero.
Corro conejo. Impresiona mi cara entre las manos
intentando desentrañar un dedo.
Carteles que se descuelgan. Veo.
Aun cuando haga llanto,
¿aun será de noche?
Me muevo hasta conocer en donde estoy.
Es tan cerca
que me toco,
toco el silencio de arrastrar los pies,
de caer hasta el hilo
de la raíz y el fondo.
Toco la rala herida
en un tajo
que sonríe.
Y me descuelgo como un cartel. Veo.

Las danzas de las lámparas agusanando el aire cerrado de la recamara.
Un disparo. Oigo el grito de una serpiente. Quedo en un mar de escalones y empalados. Una voz conocida que se descorcha. Te prometen el crujir eterno y les crees. ¿Como no habrías de creer? No me crees, ni siquiera prohibís el ruido de la saliva sobre las sabanas. Les crees. Te crees. Caminas sobre la arena. Estas sola.

Se golpea una puerta como quien se detiene en una calle transitada a gritar un nombre
...

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