¿Podrianos cambiar la pagina?


Cuando escribo, deseo.
Deseo que todo no sea mas que un pequeño jardin que cuelga de mis ojos, y se balancea al viento tibio de la memoria.
Espero no desaparecer.
Te espero.



sábado, 11 de diciembre de 2010

En hora

Los heridos cantan interminables.
Han sufrido otra batalla. Algunos se envuelven los tajos
en la bandera amada.
Otros gotean y se van desalumbrando.
Desde algún lugar llega el llanto de la espada rota.
Hora del herrero, dicen.
En realidad, las olas pasan mas despacio dejando profundos
surcos en noches y caras;
y dejan de gotear los heridos,
y se apagan.
Nubes que se descuelgan,
árboles amarillos de tormentas rojas;
los heridos siguen numerosos y cantan,
es la hora del herrero, la espada rota y la batalla…

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