¿Podrianos cambiar la pagina?


Cuando escribo, deseo.
Deseo que todo no sea mas que un pequeño jardin que cuelga de mis ojos, y se balancea al viento tibio de la memoria.
Espero no desaparecer.
Te espero.



viernes, 24 de diciembre de 2010

mop.

Das vueltas. Preparativos.
Sostuvo la espada hasta que el cansancio, con un dolor igual de profundo, hizo que sus dedos resbalaran. Y ante los crudos de la muerte, él fanatizó el sacrificio, violó las reglas, cruzó el límite, engañó...
preparas todo; pero, todo es este punto, y estos días, y todo no se reduce mas que a este sitio en donde ninguno habla, a no ser por esos pequeños ruegos por memoria y secreto.
Entre los mismos objetos hay una guerra.

Mi mujer abandonó América en los ojos de un capitán de corbeta Turco.
Desde entonces, desconfío del mar.
Estamos juntos, tomados de una cuerda que gira sola en el viento; desde aquella vez, no quiero celebrar cada estado de sitio
como antaño
como antes
como antiguo.
Esquirlas en la cara, en los bonitos ojos de la bonita hiena que rasguña de celo, que no es como otros, que ninguno merece la patria, que ninguno de ustedes me oye, que ninguno...
Mi mujer es un dibujo en una playa de Normandia el día del desembarco.
Mi mujer es un circo de hielo.

Los encadeno a la lengua,
podrán sentirse olisqueados, mensurados, ordinarios.
Me tomo de un seco golpe la panadería,
me huelo los huesos,
esa es la grandeza de tu cama,
el lado azul que da a los sesos,
a los cansados vacíos que entre lluvia y lluvia, quedan.
Las enaguas se asesinan en las perchas,
una suave refugiada amamantó los libros
y los enseñó al señor.
Un negro con un brazo de lata.
Un encantador de jarrones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario