¿Podrianos cambiar la pagina?


Cuando escribo, deseo.
Deseo que todo no sea mas que un pequeño jardin que cuelga de mis ojos, y se balancea al viento tibio de la memoria.
Espero no desaparecer.
Te espero.



jueves, 11 de noviembre de 2010

Necesito

Esa conjugación de saliva
entre tus labios,
entreabierto el universo
para sus salvajes monotonías.
De espaldas,
me esmero en encontrarte.
Y no lo resuelvo;
cada nomenclatura sádica es una definición conceptual que hierve en las entrañas de un cadáver en movimiento.
Los pechos observados desde arriba por el abate con su sotana entreabierta y el encendido crucifijo colgándole indolente por sobre su severa eternidad.
Las culpas compartidas de la sangre.
Una boa con su sapo a cuestas.
La historia de un amor que se va ennegreciendo a medida que crece y la cama de los pordioseros que se ríen, estallando en la sombría panza de un edificio oscuro.
Todo, no es mas que este crepúsculo,
esta vergüenza con olor a cielo,
estos tiempos.
Necesito
que me creas cuando digo guerra
y encastro la soledad
con ese ruido
a grasa,
a cebolla comprometida,
a luces desteñidas por la consecuencia,
y abajo, el infierno como tal,
sigue enjabonando sus mandamientos,
recibiendo huéspedes,
perdonando a los que nos ofenden
y nos maltratan
con un tubo usado de dentífrico y los dientes amarillos y una lengua que amenaza en guaraní, que pronto, muy pronto ella vendrá para luego abandonarme;
no lo puede evitar…

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