¿Podrianos cambiar la pagina?


Cuando escribo, deseo.
Deseo que todo no sea mas que un pequeño jardin que cuelga de mis ojos, y se balancea al viento tibio de la memoria.
Espero no desaparecer.
Te espero.



sábado, 10 de diciembre de 2011

Esmeril

Un truco que truena entre nudillos de seda leve.
La maravilla
octavando cóncavos
a suene y destierro. No hay corolas
ni gansos fríos,
murmurando el borde de una película que come
todos los enemigos necesarios.
El piso mueve su anzuelo,
los nominales se desgajan atando círculos en el aire;
y el motor se oxida
en un quiebre repentino.
No hay deshonras
ni lujuria que describa en la exactitud, la mirada del
piloto.
Navegantes que se esquilan,
nubes vacías,
y el croar creciente de cientos de tantas enaguas.
Pifian los nobles arcángeles
sus descuidados confines,
y al error humilde le corresponde el graznido
de la luna;
y al peculiar tanteo de las plantas contra el viento,
una confusa y erosionada
visión. Beso prófugo,
trinche de leche.
Armemos el mundo.
Armemos cada fatiga de vino dulce,
cada colisión entre lava y leva.
Foca de plumas tristes;
entre los sobrevivientes emergió alguien, quien volvió
a verter magia silenciosa entre arabescos de
metal.
Armemos el modo,
la curiosidad de un soldado acariciando el agua,
entre buzos que buscan
el misterio de la amada.
No hay porción ni mención en nosotros;
te debo una buena oportunidad,
el corte de la crisálida
y su vuelo,
la característica de su color
y el sonido
al masticar sus dedos.
Sangre bebida en un grito entre huecos.
Algarabía de ciudad abandonada, sitio injusto en donde
pájaros oscuros esperan que la noche caiga.
Esmeril.

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